Presente y pasado de la leche materna. El caso de la lactancia prolongada

Amamantar parece ser un asunto que únicamente concierne a la madre y a su bebé, pero esto no es así. Existen circunstancias económicas y sociales que influyen en la decisión de una madre para amamantar a su hijo por meses e incluso durante años. En este post comentaré el debate que se suscitó  acerca de la lactancia prolongada debido a una fotografía que salió en la revista Time en el 2012


Introducción

En los últimos años la práctica de amamantar ha disminuido a nivel mundial. A largo plazo esto representa un problema de salud pública, pues es conocido que la leche materna contiene poderosos agentes antiinfecciosos que fortalecen el sistema inmunológico de los infantes. En México la práctica de la lactancia va a la baja aceleradamente, en el año 2006 solo el 22% de las mujeres que acababan de parir amamantaron, para el 2012 la cifra había bajado a 14%, y en 2016 tan solo eran el 11%. Los expertos afirman que en México, como en otras partes del mundo, el periodo de alimentación con leche materna apenas llega los 6 meses, lo cual también representa un problema de salud para los niños, ya que los componentes nutricionales de la leche humana son necesarios en esta etapa de crecimiento y desarrollo. 

Tomado de https://www.paho.org/hq/dmdocuments/2016/LactanciaMaternaEnSigloXXI-April15.pdf

La UNICEF y otras agencias internacionales que se ocupan de la salud humana y el bienestar de los infantes no solo alientan a las madres a retomar la práctica de amamantar, además recomiendan extender el  periodo  incluso hasta los dos años, lo que se llama  "lactancia prolongada". Esta recomendación no ha podido llevarse a cabo por múltiples razones, entre ellas porque las mujeres deben reintegrarse a su trabajo pocos meses después del parto. Así que las presiones económicas son el primer factor en los países en desarrollo, por el cual las madres lactantes deben abandonar esta práctica.  
                                                                   
La lactancia prolongada en el presente
Otro grupo de mujeres que tienen el dinero y/o el tiempo para amamantar a su bebé por un periodo prolongado, tampoco han logrado cumplir ese objetivo, debido a que reciben criticas y juicios por parte de la sociedad que considera que los niños que sobre pasan el año no deberían seguir tomando leche del seno materno.

Esta prohibición que ejerce la sociedad fue puesta en evidencia en el caso de la modelo norteamericana Jamie Lynne Grumet, su práctica de lactancia prolongada fue criticada mundialmente. Ella apareció en la portada de la revista Time (mayo 2012), y como se puede apreciar en la siguiente fotografía, la modelo tiene un seno fuera de la playera porque está amamantando a su hijo de tres años. El  niño porta ropa estilo militar, goza de tener una complexión robusta y se encuentra parado sobre una silla, todos estos elementos le da una apariencia mayor a la de su edadActualmente esa portada dTime se encuentra en la lista de las más polémicas, ya que generó un debate público entre médicos, psicólogos y expertos en lactancia así como personas comunes de la sociedad. 

Durante el debate las voces que más fuerte se escucharon fueron de aquellos que estuvieron en contra de la lactancia prolongada. Por ejemplo algunos expertos en el ámbito de la salud aseguraron que la lactancia prolongada daría por resultado vínculos de apego malsanos, otros opinaron que se entorpecería la adquisición del lenguaje o que acarrearía problemas de identidad sexual en los niños. La gente común, por su parte dijo sentirse ofendida porque les parecía que se estaba cometiendo abuso infantil o que Lynne utilizaba a su hijo para su autopromoción. 

Por su parte, los expertos a favor  de la lactancia prologada argumentaron que no existían casos que demostraran las teorías catastróficas de personalidad, sexualidad o lenguaje distorsionado. Las instituciones que promueven el consumo de leche materna también debieron contrarrestar la mala propaganda a la lactancia prolongada por medio de charlas, folletos informativos y textos científicos. 



El escándalo que envolvió a Lynn muestra que el acto de amamantar no es un asunto natural y espontáneo sino que pasa por el tamiz de la sociedad, quien le pone los prejuicios, los tabús (prohibiciones) o los significados positivos y alentadores. En la actualidad muchas personas que no son profesionales de la salud o la alimentación desaconsejan la lactancia prolongada, porque consideran que un niño que tiene más de un año de vida debería tomar leche de un vaso y no del seno materno. 

Esas ideas quedaron representadas en una fotografía que apareció en el periódico The Guardian (25 mayo 2012). En ella se intentó exhibir el inconsciente colectivo de la sociedad occidental. Los modelos que posaron en la fotografía representaron a Lynne y su pequeño hijo tal y como la sociedad esperaba o deseaba que se vieran. 
                               


La lactancia prolongada en el pasado

Con base en distintas obras de historia de maternidad, infancia y alimentación infantil se puede saber que desde el año 400 antes de Cristo hasta el 1950 de nuestra era, el periodo de lactancia considerado natural y esperado por la sociedad era: amamantamiento prolongado, dependiendo de la cultura iba desde los dos a los cinco años de edad. El límite para seguir amamantando a un infante -según los médicos antiguos- era la adquisición de los dientes pues se creía que hasta entonces los infantes estaban aptos para comer todos los otros alimentos. 

En Grecia los niños tomaban leche del seno materno hasta los dos años; en Mesopotamia, Egipto y Roma la lactancia era hasta los tres años y en Mesoamérica en algunas culturas se amamantaba a los niños hasta los cinco años.

Durante la época colonia en la Nueva España se redujo a cuatro años el periodo de lactancia, y a lo largo del siglo XIX, tanto en Europa como en América, la edad límite para amamantar a los niños llegaba a los tres años, y así lo ilustra la imagen que está abajo, donde la niña que está de pie frente a la mujer se encuentra mamando del seno. Esta era una escena típica de las clases populares, la imagen representa a los viajeros del tren de tercera clase en Francia.

Honoré Daumier, La tercera clase
Honoré Daumier, La tercera clase (1856)

 
En Europa a partir de la década de 1850, las mujeres se fueron integrando al sector productivo, este fenómeno se dio en América un siglo después (1950). Una vez que las mujeres debieron ir a trabajar fueron abandonando paulatinamente la práctica de la lactancia prolongada, y sustituyeron el seno materno por el consumo de leches en polvo y de vaca. Quizás sea que no hay muchas madres practicando la lactancia prolongada que la sociedad se siente incomoda frente a esta forma de vínculo alimentario entre madre e hijo.






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